SI NON È VERO...

Bendito oficio, el de periodista. Consiste básicamente en contar cosas que suceden en la realidad (o lo que creemos que es la realidad) trasladadas a un papel, a unas ondas, a un sonido o a una imagen. O, con  los soportes de las nuevas tecnologías, a bytes, bits, pips, pop-ups (¡pop-aaaaaaaaaaaaaaaaaaaap!) o como se llamen. Pero, al final, las historias son las historias y el que las cuenta es el periodista, sea cual sea el medio. Y, también en el medio que sea, una verdad es una verdad, una verdad a medias es una verdad a medias, una inexactitud es una inexactitud y, hablando en plata, una trola es una trola.
Hay una frase hecha, una locución, terrible, porque retrata en una misma frase las virtudes y las miserias de esta profesión. "No dejes que la verdad estropee una buena historia". O una buena noticia. Es algo que se dice a veces para justificar que lo que se cuenta no se ajusta del todo a la verdad. De hecho, el periodismo consiste básicamente en explicar cosas. Y, además, hacerlo como sustento de vida. Porque el periodismo es una profesión. El que fundaba un periódico lo hacía para vender ejemplares. Así, en pretérito. Porque hoy nadie funda un periódico, al menos con soporte de papel. Si hoy alguien lo hace es que es poco menos que gilipollas, porque casi nadie va al quiosco a comprar un periódico. Hoy se montan webs, portales o diarios digitales. Y también se montan para sacar una rentabilidad, por lo que la frontera entre lo que vale y lo que no se pone en función de la honestidad del medio.
A veces, para vestir una noticia, hacerla más atractiva, puede ser hasta lícito adornarla con detalles exagerados, con metáforas, con medias verdades o con juicios de valor subjetivos del periodista. Se puede coger una anécdota y darle una vuelta, porque una parte de la profesión del periodista incluye también la función de entretener, de transmitir pasión. Lo que no se puede hacer es inventarse directamente que Fulanito de Tal ha hecho algo que no ha hecho o que está en tal sitio, sin antes documentarlo. A veces esas invenciones pueden ser muy perjudiciales.
No todo vale. Circula una anécdota según la cual un periodista de renombre de los años setenta retransmitía partidos como, supuestamente, enviado especial hasta que decubrieron que lo hacía desde una cabina de las Ramblas, embolsándose el dinero del viaje y las dietas. 
Cuando Sir Bobby Robson entrenaba al Barça, tuvo una oferta del Newcastle. Era bien entrada la temporada y él pasaba por un momento bajo de moral, porque era muy discutido (y hasta cachondeado) por el entorno. Yo conocía muy bien a Mr. Robson y le visitaba dos o tres veces por semana. En aquella época un periodista/escritor inglés amigo suyo, Bob Harris, escribía una segunda parte de la biografía autorizada de Robson y acudía a su domicilio, en Sitges, con regularidad.
Por esos días, un fotógrafo de un diario deportivo (no era, naturalmente, Mundo Deportivo porque yo no lo habría consentido) estaba apostado cerca de la casa de Robson a ver si cazaba alguna reunión con el Newcastle. ¡Bingo!, pillaron a un desconocido con pinta de inglés siendo recibido por Bobby. Y salió en los papeles: Robson negocia en Sitges con el Newcastle. Una lástima: no era nadie del Newcastle (cuya oferta Mr. Robson ya había declinado), sino Bob Harris, visitando a Bobby en su día de fiesta. Es un ejemplo claro de situación en la que 'la realidad' no ha estropeado una buena historia. Sí le estropearon/amargaron a Robson el día y le crearon un problema con el Barça.
Ahora ha surgido otra situación. Aunque, bien mirado, mejor sería aplicar la versión italiana de la alocución, "Si non è vero, ben trovato...", porque ha sido 'La Gazzetta del Mezzogiorno' la que ha publicado una foto de los matrimonios Messi y Suárez para ilustrar que están buscando villa para unas vacaciones conjuntas en Italia. Según desveló después otro medio italiano, resulta que la foto la sacaron de la cuenta de 'facebook' de una turista italiana.

La mesa de la foto del Ristorante Tibu-Ron,
esta misma mañana. Tremendo

Acojonante. Es verdad que si todos los supuestos fichajes del Barça de los últimos años se hubiesen comprado las casas que los medios (incluido el mío) dijeron que estaban mirando (para justificar la noticia), probablemnte en el área metropolitana de Barcelona ya no cabría más gente, pero poner una foto como si fuese Italia tal vez sea pasar todas las líneas imaginables.
El local en cuestión es el Ristorante Tibu-Ron, de Castelldefels (ver foto adjunta), pero ya se sabe: "Si non è vero, ben trovato". ¡Ojo!, A no ser que hayan descubierto puertas que abran y cierren pasadizos secretos entre distintas realidades y que, en uno de esos mundos, Castefa esté en la Toscana. Y tal vez por eso sea un 'ristorante'.
Por suerte, el periodismo no es así, estamos hablando de una parte, una pequeña y oscura parte de una profesión bonita que, por lo menos en el siglo XX, se desarrollaba por vocación.
Y, a todo esto, ya han pasado un par de horitas sin pensar en el Granada-Barça, jornada final de Liga. A la hora del partido, a ver el 'Libro de la Selva', como buen tribunero. El cuadrante ha decidido que tengo fiesta.